CR - Ingrediente esencial

Stories for Free 2
Centra-Rifugxo
Ingrediente esencial
(Para: myla)

–¡DES!

No había terminado de abrir la puerta de su habitación cuando escuchó esa particular vocecilla llamándola por su diminutivo.

Nyo se encontraba del otro lado del pasillo, saludándola con una mano en alto.

La pelirroja respondió con un ligero asentimiento de cabeza. Eso fue suficiente para que el chico supiera que podía acercarse. En cuestión de segundos se encontraba caminando junto a ella, hablándole de varias cosas a la vez.

Desdemona escuchaba sin inmutarse mucho. No solía ser el tipo de persona emocionalmente expresiva, pero le llamaba poderosamente la atención que el chico se hubiera encariñado tanto con ella en tan poco tiempo. No había hecho algo en particular para ganárselo, pero hasta cierto punto le agradaba: Nyo era un buen chico, no era molesto de escuchar, y sus galletas eran las mejores que había probado en años.

–¿Quieres galletas? –preguntó el chico, al notar que tomaban rumbo hacia la cocina–. Justo iba a preparar unas y… –hizo una larga pausa, y luego su rostro se iluminó como el de un niño que acababa de tener una idea maravillosa–. ¿Quieres que te enseñe a preparar galletas?

La mujer lo miró extrañada, pero asintió con la cabeza. Era la primera vez que alguien se ofrecía a enseñarle algo. Usualmente aprendía todo por su cuenta, producto de su interés o su investigación empírica.

¡Pero Nyo se estaba ofreciendo a enseñarle a preparar sus deliciosas galletas! Eso significaba que ya no debería depender de él cuando quisiera comerlas. Ahora podría hacerlas ella, siempre que se le antojara algo dulce.

Debía admitir que entrar en la cocina en ese momento le producía la misma extraña sensación que había percibido al entrar por primera vez en el laboratorio de sus padres para realizar un experimento. Pero después de todo era alquimista, y la cocina y la alquimia parecían tener algo en común: ambos implicaban descomponer objetos en sus componentes básicos y recomponerlos para crear algo nuevo con base en ellos.

Nyo tuvo la paciencia de enseñarle uno por uno los ingredientes y la cantidad exacta que debía utilizar de cada uno. Sencillo. Muy sencillo, por el momento. No necesitaba más que tomar nota mental al respecto. Solo eso bastaba para garantizar que no lo olvidaría fácilmente.

Mezclar los ingredientes tampoco parecía ser mayor problema. Como había pensado anteriormente, la cocina y la alquimia no eran tan distintas. Solo era cuestión de ser lo suficientemente paciente para hacer las cosas bien. Tampoco era difícil. Solo tenía que seguir los pasos al pie de la letra… y ella era buena para eso.

Cuando terminó, no pudo evitar sentirse orgullosa: Las galletas que había preparado se veían tan apetitosas como las que solía preparar el muchacho… ¡Pero no había logrado hacer que supieran igual!

No podía entenderlo. ¡Había seguido las instrucciones al pie de la letra! ¿Por qué no había funcionado? Se suponía que resultara, como cualquier otro experimento que hubiera realizado en su vida. No lograba entender qué había salido mal.

Nyo le sonrió, notando tal vez un dejo de frustración en su mirada. Le dijo que no había hecho nada mal; que sus galletas eran buenas… Pero "bueno" nunca había sido suficiente para Desdemona Ward; menos cuando sabía que había seguido todos los pasos correctamente. ¡Algo había hecho mal! No podía haber otra explicación.

–Des… –volvió a decir el chico, tomando sus manos, para hacer que le prestara atención–. ¿En qué pensabas mientras preparabas tus galletas?

–En la fórmula; los pasos; la… receta.

El chico sonrió nuevamente, mirándola con una expresión que no supo descifrar.

–No lo pienses tanto la próxima vez –le dijo–. No te concentres en hacer las cosas bien. Hazlas con cariño.

–¿Cariño? –preguntó Desdemona desconcertada. Era la primera vez que escuchaba que ese fuera un factor importante para preparar galletas.

–Así es –respondió Nyo, sin notar el efecto que había causado en ella–. Siempre que prepares galletas, hazlo con mucho cariño. La gente siempre lo notará cuando las coma.

A pesar de la sonrisa que le daba el muchacho, ella seguía tratando de darle una explicación a sus palabras.

Y así seguiría durante varias horas, incluso después de haber abandonado la cocina.

Había llegado a una encrucijada: Podía operacionalizar y trabajar con conceptos y objetos tangibles, pero ¿cómo medir el cariño? Ni siquiera estaba segura de poder definir correctamente lo que significaba.

¿Cómo estar plenamente segura de que había conseguido la receta perfecta?

Tal vez algún día lograría averiguarlo.